22 de Noviembre

No importa cuan incompatible parezca con nuestra vida actual ... basta con tener un sueño para acercarnos un poco a la felicidad.

Un poema

Inviernos en vacío, tomando café,

Mirando por la ventana la lluvia caer...

He transcurrido, tardes grises en soledad,

Mirando “tevé”, sin alguien a quien abrazar.

Veranos en silencio, recostada en la arena,

Observando el mar de día y de noche las estrellas.

He caminado por las orillas de las playas

Recogiendo caracoles en mañanas solitarias.

He visto, por las noches, cuerpos moverse con la música

He bailado, en ocasiones, sin saber con quién.

He robado ilusiones para adueñarme de ellas

Y la mayoría, sé que nunca las cumpliré.

He estado desnuda y descalza,

En los puentes sin rumbos...

Y he sabido respirar, aún

Bajo el agua después de saltar.

He sido un fantasma en la multitud,

Como un soplido de aire batiendo las hojas.

He bebido de los sueños prohibidos

Y he comido del éxito más desabrido,

Que he probado... jamás.

Y un día algo detuvo mi huída,

Cuando casi llegaba hasta allí,

En las puertas de la resignación

Justo antes de entrar...

Y hoy, sigo pensando que mi vida

Puede llegar a ser un poema...

Aún cuando se termine.

El poder de una mirada

Como todas las cosas terriblemente bellas de la vida, la felicidad no es menos  que una dulce tortura… y pensar que la mayoría de la gente lo anhela mas que a ninguna otra cosa. Abre tus ojos, mira las estrellas brillar, dulces y pequeños destellos de alegría en la oscuridad. Derrumba las paredes o deja entrar la soledad. Undete en el vacío del infierno para escapar. No es una fantasía. La realidad es mas que un sueño que se puede ver. Es tan simple como abrir los ojos cada mañana. Inexplicable que confiar sea tan difícil, tanto como para llorar de impotencia. No quiero morir.  No quiero dejarte ir aun, sin saber si  eres la persona indicada. No me dejes ir sin decirme lo que sientes.

Ayer creía que siempre seria la misma, que nada me lastimaría tanto como para cambiar mi forma de ser. Y sin embargo me siento tan insegura que de lo único que estoy segura es que me encantaría cumplir ese sueño que imaginaste conmigo, bailar en una habitación vacía una dulce canción, solo para saber que se siente la vida en compañía tuya, para saber si realmente merezco ser feliz.

Por encima de lo que quiero explicar están los sueños, los tuyos, los míos y quizá algún día… los nuestros. Una vida entera es demasiado tiempo, demasiados días de infelicidad como para transitarlos solo. Si solo encontrara el camino para ahuyentar a los fantasmas de mi mente y sobre todo de mi corazón que quedó atrapado en las murallas. Si encontrás la llave, úsala … no quiero estar sola cuando cumpla mis sueños.

Las lagrimas ya asoman a mis ojos y no las quiero llorar… solo quiero derramarlas cuando mi corazón se llene de felicidad y de vida. La mujer que se escondió en la celda del castillo fue condenada allí a pasar sus días y a ser libre solamente en ese espacio donde nadie la ve, donde nadie se acerca, donde nadie la admira, donde nadie la lastima. Y no quiere ver las sombras todo el resto de sus días.

Cerca, muy cerca. Habita una luz en el fondo del mar. La que ilumina los más oscuros pensamientos encerrados hasta la eternidad. La puerta es de acero, no se puede saltar. Y lo único que se oye es un retumbar de suplicas… y gritan los adictos al amor… dicen que lo que seduce no se puede tocar. Dice que las estrellas solo están en el cielo y que allí deben quedarse.

Mas allá  del universo hay un paraíso lleno de tesoros. Y la risa es el viaje… la voz y una mirada a los ojos. Es la voz del diablo que me llama a su guarida para consumir el resto de alma que me queda. Y bailo en secreto para combatir esa crueldad. Lo único que quiero es ser una estrella. Pertenecer. Ser especialmente admirada, mirada, deseada, ansiada… ser la más bella para alguien, ser una guerrera, bailar rock ‘n roll… ser parte de la música que me consume. Cantar para todo aquel que quiera escucharme…. No me va a vencer la decepción ni el desengaño. Emerger del vacío y construir un “para siempre” en algún corazón.

Ser la dama a la que le dediquen una sinfonía de amor y de venganza. Reír de felicidad, y llorar a la vez. Reírme de todos, reírme de mí… y escapar de este bosque incendiado e inmundo. Morir en el intento si es necesario, no me importaría ser un ángel. Ya oigo los celestiales acordes que me dan la bienvenida. Allí está el paraíso que soñé.

Me estoy hundiendo mil años mas allá de toda oportunidad de ser. No te olvides de decirme adiós, quizá no regrese jamas. Y solo te suplico una cosa si puedes dármela: Devuélveme la vida. Mi espíritu está mirando hacia algún lado, pero no es el correcto. Llévame a mi hogar. Despiértame… no puedo caer, sácame de en medio de esta basura. No puedo esperar hasta haberme disuelto: sálvame.

La realidad está latente siempre, solo basta mirar hacia el cielo. Mas yo no tengo todas las respuestas. De cualquier modo el verdugo siempre está presente, clavando su mortal cuchillo en mi piel, en mi corazón, partiéndolo. Y si lo sigo intentando tal vez el miedo se acabe, solo ansío que no suceda demasiado tarde. Yo no quiero morir, ni ser parte del polvo que pisas. La música sigue sonando en mi corazón, en un lugar pequeño. Es lo único que me la libertad de ser  y de creer que puedo ser únicamente especial.

Solo ayer conocía el poder de una mirada. Ahora sé que nada importa, solo lo que yo deseo, simplemente los sueños. Y también sé que el camino está en algún lugar, solo tengo que encontrarlo.