Inviernos en vacío, tomando café,
Mirando por la ventana la lluvia caer...
He transcurrido, tardes grises en soledad,
Mirando “tevé”, sin alguien a quien abrazar.
Veranos en silencio, recostada en la arena,
Observando el mar de día y de noche las estrellas.
He caminado por las orillas de las playas
Recogiendo caracoles en mañanas solitarias.
He visto, por las noches, cuerpos moverse con la música
He bailado, en ocasiones, sin saber con quién.
He robado ilusiones para adueñarme de ellas
Y la mayoría, sé que nunca las cumpliré.
He estado desnuda y descalza,
En los puentes sin rumbos...
Y he sabido respirar, aún
Bajo el agua después de saltar.
He sido un fantasma en la multitud,
Como un soplido de aire batiendo las hojas.
He bebido de los sueños prohibidos
Y he comido del éxito más desabrido,
Que he probado... jamás.
Y un día algo detuvo mi huída,
Cuando casi llegaba hasta allí,
En las puertas de la resignación
Justo antes de entrar...
Y hoy, sigo pensando que mi vida
Puede llegar a ser un poema...
Aún cuando se termine.
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